domingo, 8 de mayo de 2011

Examen Segundo Parcial

Para el examen del segundo parcial se nos dio asigno un cuento al azar, y debíamos ilustrarlo, empleando la técnica de acuarela, color, plumilla y en algunas partes emplear sal y una bolsa de plástico para darle textura. Este fue el resultado.
Había una vez tres cerditos que eran hermanos y se fueron por el mundo a coger fortuna.

El más grande les dijo a sus hermanos que sería bueno que se pusieran a construir sus propias casas para estar protegidos. A los otros dos les pareció una buena idea, y se pusieron manos a la obra, cada uno construyo su casita. - La mía será de paja - dijo el más pequeño-, la paja es blanda y se puede sujetar con facilidad. Terminaré muy pronto y podré ir a jugar. El hermano mediano decidió que su casa sería de madera: - Puedo encontrar un montón de madera por los alrededores, - explicó a sus hermanos, - Construiré mi casa en un santiamén con todos estos troncos y me iré también a jugar. El mayor decidió construir su casa con ladrillos. - Aunque me cueste mucho esfuerzo, será muy fuerte y resistente, y dentro estaré a salvo del lobo. Le pondré una chimenea para asar las bellotas y hacer caldo de zanahorias. Cuando las tres casitas estuvieron terminadas, los cerditos cantaban y bailaban en la puerta, felices por haber acabado con el problema: -¡Quién teme al Lobo Feroz, al Lobo, al Lobo! - ¡Quién teme al Lobo Feroz, al Lobo Feroz! Detrás de un árbol grande apareció el lobo, rugiendo de hambre y gritando: - Cerditos, ¡me los voy a comer! 

Cada uno se escondió en su casa, pensando que estaban a salvo, pero el Lobo Feroz se encaminó a la casita de paja del hermano pequeño y en la puerta aulló: - ¡Cerdito, ábreme la puerta! - No, no, no, no te voy a abrir. - Pues si no me abres... ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré! Y sopló con todas sus fuerzas, sopló y sopló y la casita de paja se vino abajo. El cerdito pequeño corrió lo más rápido que pudo y entró en la casa de madera del hermano mediano. - ¡Quién teme al Lobo Feroz, al Lobo, al Lobo! - ¡Quién teme al Lobo Feroz, al Lobo Feroz! - cantaban desde dentro los cerditos muy asustadizos. De nuevo el Lobo, más enfurecido que antes al sentirse engañado, se colocó delante de la puerta y comenzó a soplar y soplar gruñendo: - ¡Cerditos, abridme la puerta! - No, no, no, no te vamos a abrir. - Pues si no me abrís... ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré! La madera crujió, y las paredes cayeron y los dos cerditos corrieron a refugiarse en la casa de ladrillo de su hermano mayor. - ¡Quién teme al Lobo Feroz, al Lobo, al Lobo! - ¡Quién teme al Lobo Feroz, al Lobo Feroz! - cantaban desde dentro los cerditos. El lobo estaba realmente enfadado y hambriento, y ahora deseaba comerse a los Tres Cerditos más que nunca, y frente a la puerta dijo: - ¡Cerditos, abridme la puerta! - No, no, no, no te vamos a abrir. - Pues si no me abrís... ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré! Y se puso a soplar tan fuerte como el viento de invierno. Sopló y sopló, pero la casita de ladrillos era muy resistente y no conseguía derribarla. 
Decidió trepar por la pared y entrar por la chimenea. Se deslizó hacia abajo... Y cayó en el caldero donde el cerdito mayor estaba hirviendo sopa de nabos. Escaldado y con el estómago vacío salió huyendo hacia el lago. Los cerditos no lo volvieron a ver. El mayor de ellos regañó a los otros dos por haber sido tan perezosos y poner en peligro sus propias vidas, y si algún día vais por el bosque y veis tres cerdos, sabréis que son los Tres Cerditos porque les gusta cantar: - ¡Quién teme al Lobo Feroz, al Lobo, al Lobo! - ¡Quién teme al Lobo Feroz, al Lobo Feroz! Fin.

Segundo Parcial

Ave
Técnica: Acuarela
En este ejercicio se nos dio una imagen de un ave y debíamos pintarla de manera libre, primero se traspasó la imagen al block y después se pintó por capas con las acuarelas, en el fondo y el tronco donde se encuentra el ave se les dio un acabado con una bolsa de plástico y sal respectivamente. Para darle un poco más de profundidad y realismo al ave al final se le aplicó un poco de color para sombrear.

Cuidad
Técnica: Acuarelas y plumilla
Al igual que con el ave en este ejercicio se debía pintar de forma libre, y yo decidí utilizar colores de un atardecer. En este ejercicio en particular el acabado final fue con plumilla aplicando ashurado y puntillismo, pero también se le aplico un poco de color en el agua para el reflejo de la ciudad.

Examen Primer Parcial

Para el examen del primer parcial se nos dio una lectura titulada "Tic tac tic tac ¿Qué mide nuestro tiempo?" de la Revista Escala edición de mayo 2004, la cual nos habla acerca del tiempo, y de como median el tiempo en el pasado, entre otras cosas. La idea era que a partir de dicha lectura creáramos imágenes correspondientes al texto para ilustrarlo, empleando las técnicas de aguada y plumilla. 


Si nos preguntaran sobre nuestras actividades diarias, seguramente describiríamos una serie de hechos sucesivos con una notable referencia al tiempo, esa presencia tan definitiva como enigmática que ha fascinado desde siempre a los seres humanos.
No podemos oler ni tocar el tiempo, pero indudablemente podemos sentir su paso. Hay quienes incluso hablan de la posibilidad de viajar a través de éste y de hecho todos lo hacemos en lapsos de 24 horas por día y 365 días por año. Sin embargo,  antes de que se utilizaran estas pautas de medición, había diversas e ingeniosas maneras para calcular la marcha imparable del tiempo.

Antes y después
Saber la hora exacta en que vivimos resulta sencillo, pero no siempre fue así.
Siglos atrás, los seres humanos medían el tiempo observando con atención la naturaleza: el amanecer, el atardecer, las fases de la luna, las estaciones del año... Se dieron cuenta de que podían aprovechar la regularidad con que estos fenómenos sucedían para saber cuándo sembrar y tener buenas cosechas, cuándo crecerían los ríos o habría sequía, cuándo empezaría la temporada de frío o de calor, etcétera.
En aquel entonces no era necesario medir con precisión el tiempo; bastaba decir
“en la época de calor” o “la pasada luna llena”... El cielo era el elemento principal para organizar las actividades diarias y la alternancia del día y la noche el instrumento de medición. Después aparecieron los relojes de agua, de sol, de péndulo y algunos otros hasta llegar a los increíblemente exactos relojes atómicos.
Además de la necesidad de calcularlo, el tiempo también nos provoca emociones. Su paso irreversible y su vínculo esencial con la vida nos hacen pensar en el valor de aprovecharlo con inteligencia y de vivir cada momento con intensidad.

Si yo hubiera…
Una persona que aprovecha el tiempo es quien reconoce al presente como el mejor momento que tiene y que todo lo que haga hoy repercute en su futuro.
También comprende el valor de invertir el tiempo en experiencias positivas y evita desperdiciarlo en actividades que no favorecen su crecimiento personal.
Otra cualidad que posee es su capacidad de vivir intensamente cada segundo y tomar decisiones importantes que evitarán que diga, al pasar de los años, las famosas palabras: “si yo hubiera...”
En la vida diaria podemos hacer mucho por optimizar cada minuto. Para llevar una buena organización del tiempo, lo cual es clave, vale la pena seguir algunas recomendaciones: contar con una agenda que nos permita recordar las actividades y compromisos de cada día; levantarnos temprano; establecer prioridades; equilibrar el tiempo que dedicamos a cada cosa y, sobre todo, saber que no basta con tener buenas intenciones, ya que hace falta voluntad y disciplina para conseguir cualquier propósito.
Momentos para todo
En el constante fluir del tiempo se dibuja nuestra historia, llena de sucesos e instantes que se cuentan por minutos, horas o años. La medida del tiempo también está ligada a las experiencias. Así, un año lo es todo para un estudiante que está a punto de terminar su carrera, mientras que una milésima de segundo es decisiva para el deportista que desea ganar una medalla de oro.
Después de todo, gracias al tiempo crecemos, fortalecemos nuestras amistades, olvidamos viejos rencores, maduramos. Por suerte, hay momentos para todo: viajar, estar en casa, divertirse, aprender e iniciar cada día dispuestos a disfrutarlo plenamente.
• Propóngase una meta a la vez y ponga todo su empeño para alcanzarla.
• Haga un balance: ¿a qué actividades les dedica más tiempo?, ¿cuáles de ellas enriquecen su crecimiento personal?, ¿cuáles no le dejan ningún provecho?
• Cierre círculos; es un buen hábito terminar lo que empezamos y comenzar cada ciclo con disposición y energía. 
 Cada mañana dígase a sí mismo que ese día será especial. Disfrute al máximo sus experiencias y aproveche las oportunidades que aparecen en su camino; recuerde que el tiempo transcurrido ya no volverá.
Formas antiguas de medir el tiempo
Clepsidra o reloj de agua. Era una vasija de barro que contenía agua hasta cierta medida, con un orificio en la base que permitía la salida del líquido a una velocidad determinada. Varias marcas indicaban la hora a medida que se vaciaba. Se usó en los tribunales atenienses para señalar el tiempo asignado a los oradores.
Reloj de arena. Consiste en dos recipientes de vidrio con arena unidos por un estrecho pasadizo. Colocado en posición vertical, la arena fluye de uno a otro recipiente. Su tamaño y la cantidad de arena determinan el lapso a medir. En el siglo VIII, Carlomagno tenía un reloj tan grande que sólo debía voltearse cada 12 horas.
Velas de tiempo. Éstas eran marcadas con números para indicar el paso del tiempo mientras la cera se derretía. Algunas incluían bolitas de metal colocadas a lo largo de la vela, por lo que sólo debían contarse éstas, cuando habían caído, para saber cuántas horas habían transcurrido.
Reloj de sol. Funciona a partir de los movimientos de la tierra y el sol. Con éste puede leerse la hora según la longitud y posición de la sombra que el sol proyecta sobre una superficie. Los primeros relojes de este tipo consistían en una vara clavada en el suelo. Otros eran piedras con una superficie marcada.

Primer Parcial


Iguano 1
Técnica: ashurado con plumilla
Con una imagen ya elegida se debía aplicar la técnica del ashurado de tinta china con la plumilla, lo primero fue pasar la imagen del iguano a la nueva hoja, y después se ashuro de manera irregular.


Iguano 2
Técnica: Puntillismo y ashurado circular
Con la misma imagen del iguano se le aplicó la técnica del ashurado de tinta china con la plumilla en forma circular y dentro del iguano se empleó el puntillismo.


Iguano 3
Técnica: Aguada húmedo sobre húmedo
Esta vez se le aplicó la técnica de aguada húmedo sobre húmedo. Esta técnica consiste en mojar con agua la parte que se desea pintar y después se la aplica la tinta china, lo que hace el agua que se colocó primero es que la tinta china se va a esparcir por el área mojada, mientras más agua se le aplique más claro quedará.


Iguano 4
Técnica: Aguada húmedo sobre seco
Esta vez se le aplicó la técnica de aguada húmedo sobre seco. Esta técnica consiste en ir aplicando la tinta china y con agua ir difuminando para las partes grises, se debe hacer por capas, las que sean necesarias.


Flor
Técnica: Aguada y plumilla
Con la imagen de una flor, se pasó a la hoja del block y se le aplico la técnica de aguada, yo emplee ambas técnicas de aguada la de húmedo sobre húmedo la use para el fondo y la de húmedo sobre seco para la flor, al final para darle un acabado emplee la técnica del puntillismo.
Perro Yorkie
Técnica: Plumilla

En este ejercicio solo se uso la plumilla con tinta china y la idea era que al trazar líneas irregulares se da la ilusión del pelo del perro se debió empezar de abajo hacia arriba.